Taller de Lectura Infantil

Para niños de 8 a 12 años, quienes a través del juego, descubren la magia que guardan los libros y se convierten en protagonistas de su propia imaginación.







Manos a la Obra!

A principios de julio, llegué al taller con mis bolsitas de papel y un montón de pedazos de cartón pintando... Los niños miraban -pero no preguntaron-, dejé que pasara la media hora de lectura y les dije: "pongan los libros en su lugar que ahora viene la actividad".

¿Qué vamos a hacer Lu? preguntaron a coro.
Títeres - les respondí.
¿qué????????? ¿cómo?????? - volvieron a corear.
¡Eso yo ya lo hice el año pasado! - Se dejó escuchar "a lo lejos".
¡Pero yo no! - dijo otra voz.
(yo calladita armando los pedazos coloridos de cartón, mientras las ansias de los niños aumentaban y me empezaban a rodear...)


(hacer "click" sobre las fotos para verlas más grandes)

De ésto hace casi un mes, desde entonces todos y cada uno de los días del taller, nos dimos a la tarea de hacer una obra de títeres. Pensar en la historia, idear los personajes, los ambientes, escribir el guión, armar lo títeres, hacer la escenografía, etc, etc, etc. Quien trabaja con niños sabe los difícil que es mantener su atención por mucho tiempo y lograr una constancia en sus actividades, así que a lo largo de este mes tuve intentos de saboteo, francas declaraciones de no hacer nada y atemorizantes bostezos acompañando a la frase "me aburroooooo".

Pero, como quien persevera alcanza y los niños saben que yo no me rindo fácilmente, resistí!!!! Les dí su tiempo -muchas veces los padres llegaban por ellos y nos encontraban en medio de un caos de cartulinas, lápices de colores, tijeras, brillitos, crayones, niños arriba, abajo, alrededor... Espera mamá!- gritaban- y había que obligarlos a marcharse con frases que los adultos pensamos ingeniosas: "dale, tengo el auto en doble fila", "dale, que tengo que hacer la cena", "dale, que tenemos que pasar por tu hermano", "dale, dale, dale..."

Y así, cuando las fuerzas estaban por abandonarme, escuché un grito que me devolvió la fé: -¡¡Terminamos Lu!! Siiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii - clamé para mis adentros (y mis afueras también) - El teatrino hecho con cartón se había convertido en un mar de ideas, las bolsitas de papel en verdaderos títeres; las hojas antes en blanco, en creativos guiones y mis niños en actores puestos y dispuestos a brindar la función.


¡Pero falta el público! -dijeron-.
Yo abrí los ojos y respondí: Si, y ¿qué hacemos?
Antes que terminara de preguntar, ya estaban armando una gran pancarta invitando a la gente de la calle a ser su audiencia. Así, la gente que pasaba por ahí, entró y nos acompañó.


No digo más, mejor veamos estas bellas creaciones artísticas. Pido perdón por la calidad de la grabación, pero tenía muchos niños revoloteando a mi alrededor... (Subí el volúmen de los altavoces)


2 comentarios:

Anónimo dijo...

Buenisimo hacer los títeres, Lucero!! Lo que después tenemos que hacer es el diccionario... Lucerito de Alba!! Buenísimo el taller!!

Lucero Gómez Cruz dijo...

Qué bueno que lo disfrutes tanto!
Para mí también es un placer compartir tan bellos momentos con ustedes. No pusiste tu nombre, pero ya me dirás en el taller quién eres y nos pondremos manos a la obra con el diccionario peeeeero!!!! Hay que terminar el cuento!!
Besos